miércoles, 18 de abril de 2012

Tengo la virtud de saber cuándo abandonar un texto

Hace mucho que no escribo sobre cosas más serias y he puesto algunas capturas de pantalla jocosas, pero que no dejan de ser chistes locales que la gente que podría entender ya no ve este blog y un par de cosas blaconeantes que debería hablar personalmente, pero bueno. 


Lo que es cierto es que hace mucho no escribo sobre algunas coincidencias raras que se dan en la vida y de cómo suelo coleccionarlas y darles sentidos curiosos y apuntar esas ideas para narraciones e historias que nunca acabo, la última vez que lo hice cosas terribles pasaron, y no es que sienta que haya una conexión causal entre los dos hechos pero fue muy pesado ver cómo la realidad se juntaba en un momento armoniosamente y se desgarraba terriblemente al siguiente... 


La cosa es que hace unos días recordé el Libro de los Muertos, tenía mi edición en el librero la última vez que la vi, pero la última vez que la vi habrá sido hace mas de diez años. Al buscarla la encontre junto a unos apuntes para un cómic que nunca termine con Derzu, era sobre las posibles aventuras de una momia resucitada en el Distrito Federal en el mero ocaso del siglo XX en oposición a una momia que surge de un pantano en el Bible Belt en gabacho. Tenía sus momentos y sus detalles pero lo abandoné por alguna razón. 


Junto con todo eso encontré cosas que no recordaba, un plan de trabajo y los primeros capítulos de la saga de Baka, cómic precursor de la historia del Hombre de F, antes conocido como Fuckman, y no mames, que risa me dio releer el rigen de la sociedad de StupidWorld y los Maestros de la Mercadotecnia. sin duda era una historia que tenía mucho que dar y que tal vez el cómic no era el mejor medio, de hecho lo leyó AConstante y le encantó desde el principio, pero como mi tesis con él, ahí quedo. 


Pero lo mas importante de todo es que encontré una parte de mi primer intento de novela, de la que ya hablé aquí y acá. Son un par de capítulos donde los personajes ya están bien definidos y establecidos e incluso creo que ya se conocen, precisamente es el momento en que aparece el o los antagonistas. Siendo perfectamente honesto me divirtió mucho lo que leí, tenía tiempo de no reírme tanto con mis propios textos, pero lo que paso es que justo en el momento de empezar el nuevo capítulo que no terminé, ya no es TAN divertido y se vuelve de hueva el texto. Nunca lo revisé, nunca lo retomé, ahí dejé mi primer intento de novela, a los 17, quizás 18 años de edad. Seguro algo habrá pasado que perdí el interes o las ideas o un poco de todo. 


Creo que fue un momento natural para dejar el texto, de haber intentado seguirlo seguramente lo habría aborrecido y habría terminado por ser una mierda, o quizás lo habría revisado y trabajado y re-escrito una y otra vez y que llegara a ser algo decente y terminara en una antología del Cole Madri, o peor aun: publicado y hubiera sido incapaz de replicar mi éxito o mucho peor: haberlo prolongado. Mi único talento hasta ahora es saber cuando dejar un texto pero definitivamente me falta la otra mitad: saber cuando retomarlo.


Envidio en cierta forma a los escritores, pero los escritores incipientes y de medio pelo -o la mayoría de ellos-, me parecen tan insoportables y supinos, casi tanto como las actrices y los actores de medio pelo. No sé si yo habría sabido ser un escritor o como con todo lo demás, en realidad no me se cotizar ni hacer grande la balona, seguramente habría terminado como ermitaño, como Pynchon... eso no esta tan mal, sólo que Pynchon es Pynchon y él si termina sus novelas.


Ah, la coincidencia. Ciertamente. 


Un par de días después iba saliendo de casa de mi madre me crucé con una vecina que hace mucho no veía, pero además era la vecina bonita pero "elusiva y misteriosa" que a muchos les gustaba pero era mala idea admitirlo porque era considerada más bien como una pesada. A mi siempre me gusto pero nunca conviví mucho con ella... ni con nadie.... Justo después de verla recordé que en muy buena parte el personaje femenino principal estaba basado en ella, aunque la descripción era suficientemente vaga para poder adaptarse a cualquiera de mis "amadas" de la época, lo que la delataba era precisamente esa distancia rara que ponía con todos y que sabía golpear bien (ciertamente era uno de los motivos por los que nos parecía extraña: sabía pelear bien y estaba dispuesta a hacerlo si era necesario y sin dejar de ser bien guapota). 


Debo decir que sigue siendo muy guapa, y sobra decir que no supe que hacer y más bien me fui por el camino largo porque no supé que decirle ni reaccioné apropiadamente ni a tiempo... como de hecho le habría pasado al personaje principal... hay cosas que nunca cambian.

martes, 3 de abril de 2012

Muchas preguntas Mr Chispa


En la imagen una referencia a un muy chiste local, pero muy bueno...