miércoles, 17 de octubre de 2012

Nunca se me había ocurrido que las osamentas implicaran tanto para los vivos y nos dijeran tanto de los muertos, los muertos humanos por lo menos. Los huesos demuestran literalmente de forma descarnada la humanidad y la mortalidad. Todos reconocemos un esqueleto humano. 

Tienen su dignidad o mas bien prolongan la dignidad de quien ya no está, antes daban soporte al cuerpo, después dan testimonio de lo que fue el mismo, por eso se entierran los huesos de los antepasados y se les rinde tributo a los hombres ilustres de un país, como los huesos que están en la Columna de la Independencia, que con todo y lo macabro que pueda ser los sacaron en 2010 para darles "mantenimiento"... ya saben, el fetichista de Felipe Calderón Hinojosa y su extraño gusto por la muerte... 

Por otro lado los huesos son la pieza clave y la pieza flatante en el rompecabezas sobre el paradero de los desaparecidos, en Argentina, Chile, Peru, incluso en México, sin huesos no hay "certificación" de la muerte, simplemente continúan desaparecidos, aunque lleven en esa condición mas de 30 o 40 años... ¡Que desesperante! No tener los huesos de los desaparecidos pero tampoco tener ni la certeza de que están muertos o vivos y muy probablemente tampoco tienen la esperanza de que estén vivos, quizás solo la de recuperar los huesos.

Lo mismo pasa con todas las desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez. Mezclan las ropas de las víctimas para despistar. Quizás también los huesos, los pocos examenes de ADN que se hacen a los familiares y a los restos encontrados raras veces son concluyentes. Raras veces cierran en capítulo y raras veces se pueden enterrar. Echar tierra al asunto, pues. Cerrarlo.

Los huesos de los santos, los fetiches, las reliquias.  Así como el nombre, los huesos dan identidad. Jesus libera al endemoniado de Gerasa hasta que conoce su nombre, es Legión, porque son muchos, son multitud. En las fosas comunes igualmente son Legión, y hasta que cada uno de ellos no recibe un nombre, hasta que no recupera su identidad no puede ser separado y finalmente enterrado. 

No lo había pensado.

La relevancia de las tumbas, sean pirámides, túmulos, catacumbas, mausoleos, monumentos nacionales, o una simple tumba en el panteón del pueblo donde nacieron... la conjunción de los huesos y el nombre de los muertos es lo que los conserva, con perfecta y clara identidad, entre los vivos, que les rinden culto, o simplemente los recuerdan de una u otra forma. Dan dignidad a las personas más allá de la muerte. 

Cuántos muertos sin nombre, cuántas tumbas sin nombres, cuántos huesos sin tumbas... cuántas tumbas son huesos.

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